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Oral AUDENCIA session 2015 Los cubanos y la normalidad En Miami la noticia de la “normalización” de las relaciones entre Cuba y EE UU fue recibida con perplejidad por unos, alegría por otros y finalmente con un preventivo silencio por todos dada la cercanía de las comidas navideñas y el elevado riesgo de bronca familiar. La capital del exilio cubano es cada vez menos homogénea. (...) Acostumbrados a manejarse en lenguaje críptico, los cubanos han empezado a referirse al asunto como “el suceso que tuvo lugar el día de San Lázaro”. De este modo se intenta neutralizar una pelea generacional que saca lo peor de cada uno. Lo quieran o no, buena parte de los exiliados de Miami vive por y para Cuba. Algunos incluso siguen viviendo allí. Cincuenta años de no normalidad han servido para crear una auténtica industria de la nostalgia y una amalgama de servicios diseñados para complacer las necesidades y expectativas de los que quedaron atrás. Sistemas de pago para recargar sus móviles, tiendas que venden piezas de repuesto para coches soviéticos marca Lada o casas de empeño que prestan joyas a los que viajan a la isla, preocupados por mantener intacta su imagen del emigrante de éxito. (...) Si de repente Cuba se convirtiera en un país normal, dejaría de generar nostalgia y peticiones de objetos absurdos o en desuso en el resto del mundo. Los familiares de Miami dejarían de sentir pena (y algo de culpa) por los que se quedaron del otro lado, y de desvivirse por complacer sus necesidades y caprichos. Se tambalearía la economía de la nostalgia. Cerrarían cientos de negocios y se perderían otros tantos puestos de trabajo. Es difícil imaginar Miami sin cubanos, y viceversa. En Hialeah, la ciudad más cubana del condado, las calles tienen dos numeraciones y no hay GPS que se aclare. La primera la puso el Estado de La Florida, y la segunda, los cubanos, y están orgullosos de ello. Poco importa lo poco funcional que sea. La gente sigue comiendo arroz con frijoles y apenas habla inglés. Son cuestiones prácticas, y no filosóficas, las que preocupan al exilio de Miami y a buena parte de los que aún viven en Cuba. Entre ellas, el incierto destino que tiene ahora la Ley de Ajuste Cubano, bautizada como “ley asesina” por el Gobierno de La Habana. Es un instrumento legal que supone un trato de favor para los cubanos cuando pisan territorio estadounidense y les garantiza la residencia permanente. Se apoya en la ausencia de relaciones diplomáticas entre ambos países y en la falta de libertades en Cuba. Si la situación cambia, la ley ya no tendrá sentido. Existieron excepciones migratorias similares para ciudadanos de la Unión Soviética, los países de Europa del Este y la Nicaragua sandinista. Todas fueron revocadas cuando esos países dejaron de ser enemigos. Lo que más asusta de ser normales es perder ese privilegio. La normalidad tiene un precio. Karelia Vázquez, El País, 3 de febrero de 2015 Síntesis: La normalizac° de las relaciones entre Cuba y los EEUU, en marcha desde el anuncio oficial por ambos presidentes a finales del 2014, es un tema más bien tabú y controvertido, que infunde más preocupaciones que entusiasmo entre los cubanos exiliados en Miami y los cubanos de la isla.
Transición y Comentario Paradójicamente, la articulista se atreve a (oser) señalar que “la normalidad tiene un precio”, es decir que la noticia del final del aislamiento de Cuba no suscita aplausos (applaudissements) unánimes, que las tensiones cubanoamericanas incluso podían compensar a muchos (beaucoup y trouvaient leur intérêt). Como si el aislamiento no fuera tan mala cosa… También compensaba al propio régimen castrista (le régime castriste lui-même y trouvait son compte), como otros regímenes “bolivarianos” (Bolivia, Venezuela, Ecuador) que pretenden implementar el “socialismo del siglo XXI”, porque es muy cómodo (être pratique) acusar a los Estados Unidos de todos sus males. Ahora que las relaciones bilaterales se deshielan, conviene preguntarse en qué medida el deshielo cambia de verdad las cosas para Cuba, en particular en qué medida es una panacea a sus males. Numerosos elementos de respuesta y detalles para nutrir estos argumentos se encuentran en el blog ciudadanodelmundoprepamontaigne.com, pestaña « el mundo latinoamericano en datos », fichero « Todo lo que hay que saber sobre Cuba y Raúl Castro ».
Precisiones:
Conclusión Se normalizan las relaciones cubanoamericanas. Cuba más temprano que tarde, muy probablemente, pasará a ser (deviendra) un país “normal”, es decir amoldado al (qui s’ajustera au/ suivra) paradigma occidental liberal, capitalista, consumista, que ahonda las desigualdades, pionero en progreso técnico y científico que proporciona una comodidad creciente a los que pueden pagársela, llena de artefactos –gadgets- pero que no resuelve cuestiones pendientes trascendentales como la protección ambiental, la dignidad para todos, una justicia infalible –infaillible- y eficaz etc.… ¿Será entonces el paradigma occidental, para Cuba, un remedio peor que el fallido modelo comunista actual? Para nutrir el comentario, véase este trabajo de Pauline Lebecque de 2ECS1, también en el blog.
Preguntas posibles de entrevista :¿Qué sabe de Fidel Castro y Raúl Castro ?
Dudas ingentes entre los cubanos. Muchos no ven frutos de liberalización eco y piensan que mejora de su situac° tardará muchos años. Hay mucha decepc° y mucha impaciencia, de ahí la crisis migratoria de la actualidad, una de las olas más masivas de migración de cubanos hacia los Estados Unidos. Cf artículo adjunto. Une vague de migrants cubains provoque une crise en Amérique centrale LE MONDE | 24.11.2015 Frédéric Saliba (Mexico, correspondance) L’attente semble interminable pour deux mille migrants cubains bloqués à la frontière entre le Costa Rica et le Nicaragua. Leur sort est au cœur des discussions du Système d’intégration centraméricain (SICA) qui se réunit, mardi 24 novembre, au Salvador. Le dégel entre Cuba et les Etats-Unis provoque une vague migratoire de Cubains qui craignent de perdre leur droit d’asile sur le sol américain. Depuis le 15 novembre, l’armée nicaraguayenne bloque le passage de ces migrants à la hauteur de la ville frontalière de Peñas Blancas, au nord-ouest du Costa Rica. « C’est une violation de notre souveraineté », a justifié le président nicaraguayen, Daniel Ortega, qui accuse son voisin d’envoyer massivement des clandestins sur son territoire. Le flux de Cubains, qui traversent le Costa Rica pour se rendre aux Etats-Unis, ne cesse de croître : 12 166 entre janvier et septembre, contre 5 114 en 2014 et 2 549 en 2013. Selon Celia Gonzalez, spécialiste des migrations à l’Institut technologique de Monterrey (Mexique), « l’ouverture cet été de l’ambassade de Cuba à Washington et celle des Etats-Unis à La Havane a accentué les craintes des Cubains d’une prochaine abrogation du Cuban Adjustment Act ». Baptisée « pieds secs, pieds mouillés », cette loi américaine offre l’asile politique aux Cubains qui foulent le sol des Etats-Unis. En revanche, ceux interceptés en mer sont renvoyés à Cuba. De quoi créer une route migratoire terrestre de 8 000 km, soit 25 fois plus longue que la traversée maritime de Cuba à la Floride. L’autorisation de sortie du territoire, accordée désormais par le régime cubain, permet aux candidats au départ de s’envoler légalement de La Havane pour Quito en Equateur, pays qui ne leur demande aucun visa. A pied, en camion ou en bateau, leur périple passe ensuite par la Colombie, le Panama, le Costa Rica, le Nicaragua, le Honduras, le Guatemala et le Mexique jusqu’à la frontière américaine, où ils se livrent aux services migratoires pour obtenir le droit d’asile. « Ces migrants sont persuadés qu’il leur faudra encore des années pour bénéficier des retombées économiques de l’ouverture voulue par leur gouvernement cubain, explique Mme Gonzalez. Au point de risquer leur vie pour le rêve américain. » En chemin, beaucoup sont victimes des gangs centraméricains et des cartels de la drogue mexicains qui les rackettent, voire les enlèvent. Sans compter les droits de passage versés aux policiers ou aux guérilleros. Ce nouveau flux dope un juteux marché pour les passeurs. Surnommés « coyotes », ces derniers seraient payés 7 000 à 10 000 dollars par migrant, selon une enquête du quotidien costaricain La Nacion. Le 10 novembre, la police a arrêté douze passeurs à la frontière sud du Costa Rica. Cette opération policière a ralenti le flux de migrants venant du Panama. Soucieux d’éviter un engorgement, le gouvernement costaricain a alors accordé aux Cubains des visas exceptionnels de transit d’une durée de sept jours pour atteindre le Nicaragua. Mais l’armée et la police nicaraguayennes ont vite renvoyé au Costa Rica les premiers à passer la frontière, provoquant depuis un goulot d’étranglement. Pour Manuel Gonzalez, ministre costaricain des relations extérieures, « la réaction du gouvernement du Nicaragua s’explique en raison d’un conflit frontalier ancien entre nos deux pays qui n’a rien à voir avec les migrants cubains ». Le temps presse : « Chaque jour, 250 à 300 migrants cubains viennent s’ajouter aux autres », s’alarme Carlos Alvarado, ministre costaricain des affaires sociales. Pour désamorcer une crise humanitaire, le gouvernement a ouvert onze refuges qui accueillent plus de 1 900 Cubains, dont 48 enfants et 10 femmes enceintes. Des visas de quinze jours viennent de leur être accordés. « Les gouvernements cubain et américain ont chacun un double discours, déplore Celia Gonzalez. La Havane autorise ses citoyens à voyager sans leur donner les moyens d’aller aux Etats-Unis, alors que Washington accorde l’asile aux Cubains sans se soucier de la dangerosité de leur voyage. » Depuis dix jours, l’ambassade des Etats-Unis au Costa Rica martèle que le Cuban Adjustment Act ne sera pas abrogé. Mais la balle reste dans le camp des huit pays de transit. Mardi au Salvador, les ministres des relations extérieures du Mexique, de l’Equateur et de la Colombie rejoindront leurs homologues d’Amérique centrale pour tenter de trouver une solution. « Il faut créer un couloir humanitaire sécurisé pour accompagner les migrants cubains jusqu’aux Etats-Unis », propose le Costaricain Manuel Gonzalez. Selon lui, « la solution doit aussi venir des Etats-Unis et de Cuba ». Une parole que portera, les 15 et 16 décembre, le président costaricain, Luis Guillermo Solis, lors de sa visite officielle à Cuba, la première depuis le rétablissement, en 2009, des relations diplomatiques entre les deux pays. |
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![]() | ![]() | «le silence gardé pendant deux mois par l’autorité administrative sur une demande vaut décision d’acceptation» |